martes, 10 de julio de 2012

La Batalla de Rande




Poco más de tres siglos después, el 7 de julio de 2012, un grupo de deportistas recorrerá a nado los 27 kilómetros que discurren entre la entrada de la ría, en las procelosas islas Cíes, y el escenario de la mítica batalla, donde la leyenda dice que sigue enterrado el fascinante tesoro.



 La Batalla de Rande a nado, la travesía de natación en el mar más 
dura de Europa. Las hay algo más largas o en solitario, pero no existe 
ninguna travesía competitiva con tantas condiciones adversas: la temperatura del agua, 


el cruce de corrientes en la ría, las mareas en el Estrecho de Rande, el pérfido viento nordeste propio de las fechas de la prueba justo en dirección contraria a nuestro viaje, etc. 27 kilómetros que separan las Islas Cíes -en la bocana de la Ría de Vigo- y la pequeña isla de San Simón, al abrigo del océano en la ensenada que lleva el mismo nombre. Así la describe la organización !!.


El pasado Sabado se celebro la Batalla de Rande, con una treintena de nadadores y unas condiciones excepcionales.


David Blanco conquista Cíes y San Simón.El nadador redondelano, el único participante menor de edad, se impone contra pronóstico en la prueba. 

El nadador redondelano David Blanco rompió ayer todos los pronósticos y ganó con un tiempo espectacular la primera edición de La Batalla de Rande a nado, una carrera de 27 kilómetros entre las Cíes y la Isla de San Simón, considerada una de las más exigentes de Europa. También se rompieron los pronósticos climatológicos y la prueba se celebró en las mejores condiciones posibles desde el punto de vista del viento, corrientes, mareas y temperatura del agua. Esto propició que los competidores vieran mejoradas sus espectativas iniciales en un mínimo de una hora.

David Blanco, que se entrena en el Club Náutico de Vigo, era el único menor de edad de la prueba, en una disciplina de ultrafondo en la que los podios se reservan a competidores de más edad, con una gran madurez y fuerza mental para soportar el constante esfuerzo. De hecho, la edad media era de 35 años.
El joven de Cesantes voló sobre las olas de la Ría y paró su cronómetro en unos increíbles 5:41:01. Este tiempo representa una velocidad media de 1:16 cada cien metros durante los 27 kilómetros.
Se levantó al alba, su madre lo acercó desde su vivienda en Cesantes hasta Vigo para tomar el barco que la organización de la prueba disponía para acercar a los participantes hasta la playa de Rodas en Cíes. Pasadas las diez de la mañana David Blanco Darriba se lanzó al agua. 5 horas, 41 minutos y 1 segundo después tocó con su mano la isla de San Simón tras nadar los 27 kilómetros que los promotores de La Batalla de Rande a nado no han dudado en catalogar como los más duros de cualquier carrera náutica que se celebra en Europa. David se dio tanta prisa que ni su familia le esperaba en la meta. "Subí con sus abuelos y su hermano en el barco que pone el Concello para ir hasta la isla, pero cuando llegamos ya nos estaba esperando", explica Loli, su madre. Tras saberse vencedor, el titán que pulverizó cualquier registro imaginado regresó a casa, se dio una ducha, merendó algo y se despidió de nuevo de los suyos. Le esperaban en el cumpleaños de un amigo. Pasadas las dos y media de la madrugada concluyó su jornada.

Lo excepcional del trajín se convierte en casi inaudito si se considera que Blanco Darriba tiene 16 años. Sí, un adolescente tan tímido que prefiere delegar en su madre para explicar sensaciones, se alzó con la victoria ante parte de la élite europea de la natación de largo aliento. "El perfil medio del participante es el de un experimentado y curtido atleta varón con una edad media de 40 años. Son necesarios muchos años para acostumbrar el cuerpo, y sobre todo la mente, a pruebas como ésta", anticipaba uno de los párrafos de la nota previa repartida por el eficiente servicio de prensa del evento. Todas la previsiones naufragaron: el único menor de edad entre los 26 participantes se llevó el triunfo.
Cualquier persona que haya disfrutado siquiera de la visión de la ría de Vigo puede entender que trazar sobre ella una perpendicular a nado resulte algo más que un paseo. Pero además hay factores que pueden convertir a travesía en algo similar a una tortura. "Cuando baja la marea las corrientes en la zona llegan a ser de medio metro por segundo en contra, pero ese no es el principal problema", advierte Eugenio Fuentes, experimentado nadador con varios en triunfos en distancias más cortas e ingeniero industrial y profesor en la Universidad de Vigo, que detalla como en la zona es relativamente frecuente en época estival que el viento del norte genere bruscos cambios de temperatura en el agua al propiciar que aflore la más fría del fondo del océano y desplace a la templada que pudiera estar en la superficie. "Es un fenómeno que explica que las rías sean tan ricas porque esa agua del fondo arrastra nutrientes, pero no la convierte en la mejor para nadar", concluye.
Cuando hace un año dos integrantes de la organización, expertos en pruebas de largo aliento, de la prueba cubrieron el recorrido para cerciorarse de las dimensiones del reto tardaron en torno a las diez horas en liquidarlo. El pasado sábado hubo suerte. El viento en la zona fue benigno, apenas hubo oleaje y el agua llegó incluso a la mediterránea temperatura de 20 grados en la zona de San Simón, cinco más de lo cotidiano. Además las corrientes en Rande ayudaron a los participantes. La fecha de la prueba se eligió para que así fuera y la pleamar coincidiera con el paso de los nadadores bajo el puente. Incluso yendo en lancha es complicado cruzar Rande cuando baja la marea. "Es sencillo de comprender", ilustra Fuentes. "Supongamos que la ría es una manguera y el océano el grifo al que está conectada. Cuando sube la marea, el agua del océano entra en la ría (la del grifo en la manguera). Mientras la salida de la manguera sea ancha, el agua saldrá a poca velocidad, pero si se hace más pequeña, saldrá más rápidamente y es más complicado remontar".


 Los ourensanos Marcos Vila (5.53.58) y Alberto Taboada (5.54.01) completaron el podio. Ambos llegaron juntos a la meta, pero Vila logró auparse al segundo cajón gracias a tan sólo tres décimas.

  

La primera mujer en el podio fue la barcelonesa Minerva Pujol, con un tiempo de 6:06:36 y una media cada cien metros de 1.21. El tiempo de la catalana ha sido extraordinario: es el séptimo mejor tiempo de todos los participantes en esta competición, en la que solo se registró un abandono, lo que pone de relieve el altísimo nivel de los atletas participantes.
La prueba comenzó en la playa de Rodas a las 10.00 y los nadadores estuvieron acompañados por una gran flota de apoyo que se encargaba del avituallamiento. El último participante en llegar a la ista de San Simón invirtió 8:10:36, con una media cada cien metros de 1:49.






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