Las medusas frenan a Tita Llorens

El sueño de la nadadora Tita Llorens murió en la orilla del éxito. La menorquina dijo basta tras veinte horas y media en el agua y 73'9 kilómetros recorridos. El detonante para su retirada fue la picadura de varias medusas. No fue la causa inmediata. Aguantó un par de horas más. Pero el final precipitado estaba casi escrito desde entonces. «Con el cuerpo dolorido, la oscuridad de la noche que me impedía ver si había más medusas, me bloqueé mentalmente y mi cabeza me pedía ya a gritos que lo dejara», reconoce. Al final por muy poco no pudo alcanzar la costa mallorquina tras emprender su aventura en Eivissa.

Para Tita Llorens truncar su desafío tuvo cierto dejo triste. «Pero también satisfacción, porque batí mi propio récord personal, he sido capaz de mantener un ritmo inimaginable y he nadado varias horas por delante del mejor horario previsto. «Verdaderamente lo siento por los patrocinadores y por mi equipo. Han funcionado a la perfección», asegura instantes antes de subirse a un avión en Palma que le trasladó ya a Menorca. Esta tarde volverá a su trabajo. Y dejará atrás definitivamente esta aventura. El balance es bueno. «Siempre dije que lo que no quería era tener que retirarme a las primeras de cambio. He podido disfrutar de una travesía larga y con opciones en todo momento de completarla», afirma.
Durante los casi 74. 000 metros a nado hubo pocos momentos malos. «Tuve un bajón a los 50 kilómetros, hubo un rato en que nos pilló el mal tiempo con unas olas bastantes grandes, entonces decidí resguardarme un poco al lado de la barca. Creo que el olor a gasolina y esa sensación de menos libertad me agobió, pero lo superé y la verdad es que hasta que me topé con las medusas iba muy bien»,
Tita Llorens reflexiona sobre una aventura en la que se ha dejado un buen puñado de euros y sobre todo mucha dedicación desde hace meses. «Planificarlo todo te deja agotada. Hace que empieces ya a dar brazadas casi con el cansancio acumulado. Los últimos permisos no los recabamos casi hasta las doce del lunes, sólo unas horas antes de emprender el reto y esa tensión la tienes acumulada», explica.

En el momento de la retirada, al subir a la barca hubo pocas palabras. «En esos momentos los nervios casi no te dejan decir nada, te viene el frío, los temblores, todo casi de repente, en ese instante piensas que ha sido una buena elección parar. Luego, al tiempo te arrepientes cuando ves que te has quedado tan cerca», señala.
“Ha sido una lástima, pero las medusas me picaron a saco y tuve un bloqueo mental”, manifestó Llorens a Diario de Ibiza, satisfecha a pesar de todo.
“Cuando me subí al barco me dije que había hecho algo que hace dos años ni me hubiera imaginado, por lo que estoy muy contenta”, manifestó la deportista.

Tita, que el año pasado ya nadó entre Mallorca y Menorca (39 kilómetros), no sabe si volverá a intentar el reto fallido en esta ocasión: “Igual me tiro donde me salí y lo acabo”, bromeó.
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