Poco más de tres siglos después, el 7 de julio de 2012, un grupo de deportistas recorrerá a nado los 27 kilómetros que discurren entre la entrada de la ría, en las procelosas islas Cíes, y el escenario de la mítica batalla, donde la leyenda dice que sigue enterrado el fascinante tesoro.
La Batalla de Rande a nado, la travesía de natación en el mar más
dura de Europa. Las hay algo más largas o en solitario, pero no existe
ninguna travesía competitiva con tantas condiciones adversas: la temperatura del agua,
El pasado Sabado se celebro la Batalla de Rande, con una treintena de nadadores y unas condiciones excepcionales.
El nadador redondelano David Blanco rompió ayer todos los pronósticos y ganó con un tiempo espectacular la primera edición de La Batalla de Rande a nado, una carrera de 27 kilómetros entre las Cíes y la Isla de San Simón, considerada una de las más exigentes de Europa. También se rompieron los pronósticos climatológicos y la prueba se celebró en las mejores condiciones posibles desde el punto de vista del viento, corrientes, mareas y temperatura del agua. Esto propició que los competidores vieran mejoradas sus espectativas iniciales en un mínimo de una hora.
David Blanco, que se entrena en el Club Náutico de Vigo, era el único menor de edad de la prueba, en una disciplina de ultrafondo en la que los podios se reservan a competidores de más edad, con una gran madurez y fuerza mental para soportar el constante esfuerzo. De hecho, la edad media era de 35 años.
El joven de Cesantes voló sobre las olas de la Ría y paró su cronómetro en unos increíbles 5:41:01. Este tiempo representa una velocidad media de 1:16 cada cien metros durante los 27 kilómetros.
El joven de Cesantes voló sobre las olas de la Ría y paró su cronómetro en unos increíbles 5:41:01. Este tiempo representa una velocidad media de 1:16 cada cien metros durante los 27 kilómetros.
Cuando hace un año dos integrantes de la organización, expertos en pruebas de largo aliento, de la prueba cubrieron el recorrido para cerciorarse de las dimensiones del reto tardaron en torno a las diez horas en liquidarlo. El pasado sábado hubo suerte. El viento en la zona fue benigno, apenas hubo oleaje y el agua llegó incluso a la mediterránea temperatura de 20 grados en la zona de San Simón, cinco más de lo cotidiano. Además las corrientes en Rande ayudaron a los participantes. La fecha de la prueba se eligió para que así fuera y la pleamar coincidiera con el paso de los nadadores bajo el puente. Incluso yendo en lancha es complicado cruzar Rande cuando baja la marea. "Es sencillo de comprender", ilustra Fuentes. "Supongamos que la ría es una manguera y el océano el grifo al que está conectada. Cuando sube la marea, el agua del océano entra en la ría (la del grifo en la manguera). Mientras la salida de la manguera sea ancha, el agua saldrá a poca velocidad, pero si se hace más pequeña, saldrá más rápidamente y es más complicado remontar".
Los ourensanos Marcos Vila (5.53.58) y Alberto Taboada (5.54.01) completaron el podio. Ambos llegaron juntos a la meta, pero Vila logró auparse al segundo cajón gracias a tan sólo tres décimas.
La primera mujer en el podio fue la barcelonesa Minerva Pujol, con un tiempo de 6:06:36 y una media cada cien metros de 1.21. El tiempo de la catalana ha sido extraordinario: es el séptimo mejor tiempo de todos los participantes en esta competición, en la que solo se registró un abandono, lo que pone de relieve el altísimo nivel de los atletas participantes.
La prueba comenzó en la playa de Rodas a las 10.00 y los nadadores estuvieron acompañados por una gran flota de apoyo que se encargaba del avituallamiento. El último participante en llegar a la ista de San Simón invirtió 8:10:36, con una media cada cien metros de 1:49.
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